Son muchos los estudios que asocian claramente el consumo de un buen café con la productividad laboral.
Si, además, el café es de una buena calidad, también han quedado demostrados sobradamente sus beneficios para la salud en comparación con otras bebidas energéticas, llenas de calorías ultraprocesadas y con grandes cantidades de azúcares, edulcorantes y otros componentes químicos.
El café es una fuente rica de antioxidantes, como los ácidos clorogénicos, que ayudan a combatir los radicales libres y reducir el estrés oxidativo en el cuerpo.
Incluso algunos estudios asocian un consumo moderado de café a un menor riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer y el Parkinson.
En cualquier caso, es importante destacar que estos beneficios se asocian generalmente con el consumo moderado de café (alrededor de 3-4 tazas al día) y pueden variar según la genética y la salud individual. Normalmente, una taza de café pequeña servida en una cafetería tiene unos 355 miligramos, apenas 150 mg de cafeína. Cuando comenzamos a consumir más de cinco tazas de café al día, o 500-600 miligramos de cafeína, el cuerpo comienza a sentir los efectos del exceso de esta sustancia.
En cualquier caso, en líneas generales se ha demostrado que el café puede influir en la productividad laboral de manera positiva. ¿Cómo?:
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Estimulación mental: La cafeína, un compuesto presente en el café, es un estimulante que puede aumentar la actividad cerebral y ayudar a combatir la fatiga. Esto puede llevar a una mayor concentración y capacidad para realizar tareas cognitivas. La cafeína bloquea los receptores de adenosina, el cual es un nucleósido que tienes en tu cerebro y que causa somnolencia.
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Aumento de la energía: El café es conocido por su capacidad para proporcionar un impulso de energía.
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Reducción de la somnolencia: El consumo de café puede ser especialmente útil para mantenerse despierto y alerta en situaciones en las que se experimenta somnolencia o falta de sueño, lo que puede mejorar la productividad en entornos de trabajo.
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Socialización: El café fomenta la interacción social en el lugar de trabajo. Las pausas para tomar café a menudo son momentos para socializar, lo que puede mejorar el ambiente laboral y la colaboración entre colegas.
La relación entre el café y la productividad laboral es muy individual y depende de la tolerancia de cada persona a la cafeína, así como de sus hábitos de consumo.
Algunas personas pueden beneficiarse de un café moderado para mejorar su rendimiento laboral, mientras que otras pueden experimentar efectos negativos si consumen demasiada cafeína. Por lo tanto, es importante que cada uno conozca sus propios límites.