Desde el primer día nos enamoramos de vuestro trabajo. No solo hacéis un trabajo increíble, sino que vuestro café está buenísimo (aparte de que las capsulas son desechables y es maravilloso). Gracias, siempre por acompañarnos en esos lunes duros a las ocho de la mañana y por contestar siempre rápido a nuestro grito de auxilio pidiendo cafeína.
Sara Carreño, Harmon